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RIMERO DE SILENCIOS

               PRÓLOGO La memoria es signo de vida, y, por lo mismo, el poeta lucha contra el olvido con el instrumento de la palabra (Tras la lectura del poema XXV). Es, por lo tanto, en parte, “Rimero de silencios” - porque además la poesía de Emilio Rodríguez, aparentemente sencilla en su oscuridad, va directa al corazón, a la mente y a la conciencia de sabernos vivos-, un compendio metapoético, en el que cada una de las palabras seleccionadas por el poeta, sea en forma de imagen, metáfora, símbolo o pilares de una crónica pasada, les va conformando a cada uno de los lectores su propia vida interior, compuesta por los recuerdos que sin querer se les hicieron imborrables, y aún perviven sin haber gastado el paso del tiempo sus pisadas, por lo general, en las primeras horas de las noches infantiles, cuando el crujir del viento en las laderas boscosas, competían con los personajes de los cuentos narrados ante la lumbre, hasta llegar el profundo sueño, donde fraguan los recue